¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué la vocal a aparece al principio del abecedario? O, simplemente, ¿qué significado tiene esta letra?
Si le damos un giro de 180 grados a la letra A y colocamos en el triángulo inferior unos ojos y una nariz, veremos una cabeza de toro con sus cuernos, y es que precisamente ese es su significado: TORO.
Su raíz está en el protosinaítico Alef, que significa “toro”, lengua que evolucionó a partir de los jeroglíficos egipcios, donde encontramos que toro se decía Apis.
Es también la letra Alpha griega, de donde deriva “alfabeto”, y por ello aparece como la primera letra del abecedario.
Toro viene del latín taurus, pues así llamaban los romanos a este animal, o tauros, en griego.
El toro representa la fuerza, la virilidad, la potencia con la capacidad creadora para formar o crear el mundo o universo; de ahí que también era símbolo de realeza, de gestar un “mundo” o reino en la tierra. Como símbolo de poder lo encontramos en Europa, en Creta, en el Egipto antiguo. En este último encontramos a Hathor, la vaca, la madre del mundo. También en la India se refieren con esta misma idea a la “vaca cósmica”.
Como fuerza generadora, proporcionaba a la creación el cuerpo; por eso uno de los significados de toro como “Torus” es “cuerda gruesa trenzada con otras cuerdas”, que podemos observar en imágenes tridimensionales del universo, relativas a la teoría de cuerdas. De esta manera, cuerpo y vida quedaban intrínsecamente unidos, siendo la expresión formal de una Inteligencia o Ser.
Lo sorprendente es que este símbolo de potencia y de fuerza generatriz podemos encontrarlo en diferentes tradiciones de raíz indoeuropea o semítica extendido por la tierra. Esta es la magia y el misterio: ¡una misma idea compartida por toda la Humanidad!
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