La dignidad no es algo externo, algo que nos puedan dar, sino por el contrario, es interna y procede de nosotros mismos, es “lo valioso”, lo mejor que tenemos. Los tiempos difíciles, las crisis, ponen a prueba nuestra dignidad, nuestros valores, pues producen dolor, y a causa del dolor podemos abandonar nuestros principios.
La pobreza, la enfermedad, la muerte golpean en las puertas del Alma, pero como decía el Oráculo de Delfos, podemos llegar a ser dignos si conocemos nuestra verdadera naturaleza y nuestros poderes latentes.