Desde hace siglos los japoneses han encontrado en “la ceremonia del té” un espacio para compartir sin prisa los pequeños detalles del momento, en un acto en el que no existe el tiempo. Años más tarde los británicos encontraron en “la hora del té” un momento para disfrutar de una conversación distendida, como quien poniendo pausa a la cotidianidad, se dispone a disfrutar de la buena compañía. Aunque no seamos japoneses ni británicos, proponemos un espacio en el que podamos disfrutar de un momento tranquilo al calor de las palabras. Té invito a una pausa en mitad de la rutina para compartir historias, anécdotas, poemas, relatos… te invito a beber a sorbos cada instante de tertulia y es que tenemos que hablar de muchas cosas… que cuando vengas, Té CUENTo.